EL ESPIRITU SANTO EN LA VIDA DEL CREYENTE
Mensaje grabado en el mensajero En
contacto, del Dr. Charles Stanley de su ministerio ENCONTACTO, autor de más de 20
obras y expositor de radio y TV para los 5 continentes
Transcrito por Rev. Mardonio Ricardo
H.
Introducción: Hago esta transcripción de la grabación, con el
fin de colaborar con el lector, que no tiene la posibilidad de escucharla. Pues
me parece tan importante, que ni siquiera nosotros los pastores, debemos dejar
de escucharla o leerla. ¡Que la lectura le sea de gran bendición! El mensaje es como sigue:
“Una vez que hemos recibido a nuestro Señor Jesucristo como
nuestro salvador, empezamos de inmediato aprender algunas lecciones o
principios, mediante los cuales aprendemos a vivir la vida cristiana, pero el
gran error que cometemos, es este: después de entender dichos principios,
procedemos a utilizarlos o a vivirlos, pero después de un tiempo, nos sentimos un poco seguros de nosotros
mismos y las cosas comienzan a marchar más o menos como nosotros queremos, de
modo que nos sentimos un poco exitosos en nuestras vida cristiana, y cuando nos
damos cuenta, hemos tenido un gran fracaso, un tropiezo o en cierto modo una
caída, ¿a qué se debe que aunque hayamos empezado como es debido, por alguna
razón no hemos terminado bien? Pues
bien, una de las razones esenciales de eso, es que nos hemos desviado de los
mismos principios, que nos pueden llevar al éxito, en lo que hacemos. Muchas
veces creemos que los estamos practicando, sin embargo, hemos llegado a familiarizarnos
tanto con ellos, con la palabra de Dios y con el mensaje que escuchamos, que
cuando nos percatamos ya no los ponemos en práctica, y entonces, nos
preguntamos: ¿Qué será lo que pasa en mi vida? Lo que me gustaría hacer en este
mensaje, es ocuparme de uno de esos principios, que aunque básicos, es
sorprendente y eficaz y así mismo determinante, para que tenga la victoria en
su vida cristina, o que fracase con ella, pero no solo ahí, sino en todo lo
demás, que Ud. emprende en la vida. Dios ha dejado bien claro en su palabra que
hay una cosa en esta vida, que es fundamental cada día, y quiero que me acompañe a Lucas capitulo 24.
En este pasaje particular y antes de
ascender Jesús, les da un mandado a sus discípulos muy específico y esencial
para su futuro. Este sencillo mandato, no solo determinará si ellos tendrán
éxito en que lo hagan, sino también en su forma de vivir. Note entonces lo que
dice a partir del versículo 44, de Lucas capitulo 24: Y les dijo: “estas son
las palabras que os hablé, estando aun con vosotros, que era necesario que se
cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y
en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las
Escrituras y les dijo: así está escrito y así fue necesario que el Cristo
padeciese y resucitase de los muertos al tercer día y que se predicase en su
nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén y vosotros sois testigos de estas cosas”. Fíjese
ahora en el versículo siguiente: “He aquí yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros, pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seas
investido de poder desde lo alto”. Y los sacó fuera hasta Betania y alzando sus
manos los bendijo. Y aconteció que
bendiciéndolos, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo. Ellos después
de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en
el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén. Pues bien, justo antes de su
partida, Jesús dijo una de las cosas más importantes que podía haber dicho.
Ellos no estaban preparados para esto, pero ahora él les dice: Quiero que se
queden en Jerusalén hasta que sean investidos de poder desde lo alto, pues de
eso mismo quisiera hablar en este mensaje: EL PODER DEL ESPIRITU SANTO EN LA
VIDA DEL CREYENTE. Muchas personas tienen la idea de que el poder del Espíritu
Santo es una cosa milagrosa y que Dios
hace por medio de un supuesto sanador, un predicador destacado, un maestro o
así por el estilo. Sin embargo, yo quiero que entiendan que la tarea del ministerio
y poder del Espíritu Santo, no están solo al alcance de todo creyente, sino que
esa es la voluntad de Dios para cada uno de ellos, no importa quién sea Ud.
Muchas veces esa es la gran barrera que debemos salvar y es que la gente suele
pensar: mire, eso es para misioneros, para maestros y predicadores y nada tiene
que ver con migo como negociante, madre o como estudiante o albañil o
carpintero o secretaria. ¿Qué tiene el Espíritu Santo que ver con esas áreas de
mi vida? Pues escuche cuidadosamente, porque es sumamente importante que Ud. y
yo entendamos que este mensaje no se limita a los predicadores, misionero o
maestros de la Biblia, sino que Dios quiere que sea para toda persona. Primero
que nada, quiero definir lo que significa el poder del Espíritu Santo. El poder
del Espíritu Santo, es esa autoridad y
energía divinas, que Dios derrama en y por medio de la vida de cada uno de sus
hijos, con el fin de que Ud. y yo, podamos vivir en el temor de Dios y también
llevar fruto. Así que, cuando él habla de ser investido con poder desde lo
alto, se refiere a esa clase de poder. Permítame ahora decirle esto: El
Espíritu Santo, no puede ser manipulado, Ud. no puede obligar al Espíritu Santo
a que haga algo. Mire, una vez que el Espíritu Santo entra en la vida de una
persona, éste da vigor a su cuerpo y alumbra su mente, para que pueda entender
la verdad, pero no solo eso: sino que aviva a nuestro espíritu de pasión o devoción
por Dios. Lo que yo deseo hacer en este mensaje, es darle un enfoque global
acerca del Espíritu Santo, y para ello quiero empezar con algo muy simple, para
luego avanzar a lo más complejo. Y de
una cosa estoy seguro, si Ud. escucha cuidadosamente este mensaje y es lo
bastante sensato como para tomar notas, no solo estará bien informado, sino que
éste le inspira a dar ánimo a su vida, no importa cuál sea su profesión o lo que Dios lo haya llamado a hacer. Para
empezar, quiero que formulemos 5 preguntas y que Ud. no esté tan pasivo, sino
que también participe en las repuestas, ya que Ud. tendrá que ser capaz de responder
cuando alguien le pregunte ¿quién es el Espíritu Santo y de dónde procede? pero
no solo quiero que pueda responder a esas preguntas, sino que también sea capaz
de responder, basado en la experiencia personal, que ha obtenido como
consecuencia de su relación con Dios, por medio de su Hijo Jesucristo y la
presencia del mismo Espíritu Santo en su vida. Pregunta número uno: ¿Quién es
el Espíritu Santo? Pues, en la Biblia está bastante claro quién es El, y ésta
dice que el Espíritu Santo: escuche bien. Es una persona de la Trinidad. Valla
hasta Génesis capitulo 1. Esta es una de esas verdades que suele pasar
inadvertida para nosotros. En Génesis capitulo 1, vea el versículo 1, el cual
es muy conocido y dice así: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
Y ahora, note lo que dice en el versículo 2. “Y la tierra estaba desordenada y
vacía, y las tinieblas estaban sobre la
faz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
Versículo 26. Entonces dijo Dios: “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme
a nuestra semejanza, y señoree en los peces del mar, en las ves de los cielos,
en las bestias en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra”. Al decir Dios: “hagamos al hombre a nuestra imagen”, ¿a quién más se refiere
con “hagamos”?: a Dios el Padre, Dios el Hijo Y Dios el Espíritu Santo. Y es el
Espíritu Santo quien se movía sobre la creación. De manera que no hay duda, de
que el Espíritu de Dios tomó parte en la creación. Valla un momento por favor,
al libro de Juan capitulo 14. Aquí Jesús les da ánimo a sus discípulos, en un
momento que él sabe que es como el preludio de un gran desaliento. Dice así en
los versículos 16 y 17 de Juan 14: “Y yo rogaré al Padre y os dará otro
consolador, para que esté con vosotros para siempre. El Espíritu de verdad al
cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le
conocéis porque mora con vosotros y
estará en vosotros”. Jesús no refirió al Espíritu Santo como una cosa,
sino como una persona y es que el Espíritu del Dios vivo no es una fuerza, sino
alguien sumamente importante en su vida diaria y la mía. Si alguien dijera:
dígame ¿quién es el Espíritu Santo? ¿Qué es lo primero que Ud. debe decir? Que
él es una persona de la Trinidad y en segundo lugar, que él es la promesa del
Padre. Note lo que Jesús dijo en el capítulo 24 de Lucas, versículo 49: “yo
enviaré la promesa de mi Padre, pero permanezcan en la ciudad, hasta que sean
investidos de poder desde lo alto”. El Espíritu del Dios vivo no es solo una persona de la
Trinidad, sino también la promesa del Padre. Jesús prometió que el Padre
enviaría al Espíritu Santo diciendo que él sería un ayudador, un consolador que
estaría en, con y sobre ellos, lo cual se produjo más tarde el día de
pentecostés. En tercer lugar, el Espíritu Santo es un don para cada creyente.
Valla al libro de Hechos un momento. Ud. recordará que Pedro había predicado un
tremendo mensaje en pentecostés y miles de personas fueron salvas y sus vidas transformadas.
Lo que pasó más tarde, es evidencia clara de que algo asombroso había ocurrido
en este día particular. Vea lo que ocurre en los versículos 37 y 38 de hechos
capitulo 2. “Al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los
otros apóstoles: varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: arrepentíos y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados y recibiréis el don del Espíritu
Santo”. Pues bien, cuando alguien le pregunte ¿quién es el Espíritu Santo? Ud.
debe decirle: el Espíritu Santo es una persona de la Trinidad, una promesa del
Padre y un don para cada creyente. ¿De acuerdo? Ahora bien ¿por qué razón lo
envió Dios a El? Pues, él dice en este otro pasaje, que ellos debían quedarse
en la ciudad de Jerusalén hasta ser investidos de poder desde lo alto. Esa es
la primera razón por la que Dios lo envió. Ahora, ambas razones son igualmente
importantes, pero yo quiero poner esta de primera. Dios el Padre envió al
Espíritu Santo para darnos la capacidad de efectuar la tarea que él nos llamó a
hacer. Piense ahora en esto: si Jesús inició su ministerio después que el
Espíritu de Dios vino sobre él de manera especial para que hiciera su labor y
si el apóstol Pablo empezó su ministerio después que el poder del Espíritu
Santo vino sobre él y lo bautizó y si Jesús les dijo a sus apóstoles: “Uds. han
caminado con migo, han presenciado milagros, me han visto a mí, me han oído,
han experimentado el echar fuera demonios y todo lo demás”, sin embargo, aun no
están preparados para hacer la obra a la que les he llamado. Porque se trata de
una tarea sobrenatural, que Uds. no pueden realizar sin un poder sobrenatural.
¿Cuál es ese poder sobrenatural? Se trata de la autoridad y el poder divinos
derramados en y por medio de la vida de una persona con el fin de permitir
que ésta viva en el temor de Dios, y que
también lleve fruto. Por tanto él les dijo: “esperen hasta que venga el Espíritu
Santo”. También les dijo: “recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros
el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en Judea, Samaria y hasta
lo último de la tierra”. Una de las razones fundamentales por las que él vino es
para equiparnos para la tarea que Dios nos ha llamado a hacer. Ahora bien, esa
tarea, puede ser una, entre una variedad de cosas, tal como lo mencionamos hace
unos momentos. Pero muchas veces la gente oye un mensaje sobre el Espíritu
Santo y lo relegan a algo más. Pues, yo quiero decirles que el Espíritu Santo
no habría venido a morar en Ud. si no tuviera la intención de que Ud. hiciera
las cosas tan solo por medio de su poder. Así que, no importa cuál sea su
profesión, su nivel educativo o su
situación. Si Ud. está lleno del Espíritu Santo, ya tiene el poder y la
autoridad sobre naturales que le permitirán tener éxito en cualquier cosa que
Dios lo haya llamado a hacer. Así que, él les dijo: “deben esperar”. Aquella
era una tarea sobrenatural que debía hacerse como con un poder sobrenatural. Tanto
Jesús, como los apóstoles y como los demás. ¿Por qué entonces hay tantas
iglesias cristianas que están en cierto modo muertas? es decir, la música está
muerta y también la predicación, no hay nada con vida. Yo les diré porqué: muéstreme
una iglesia donde el Espíritu de Dios es ignorado, donde no hay ningún énfasis,
ni en el Espíritu Santo, ni en la sangre de Cristo, ni tan poco en la cruz, y
yo le mostraré que algo ha desaparecido terriblemente.
Muéstreme una persona que entiende la labor del Espíritu en su vida y que la
pone en práctica, y una iglesia que entiende cual es el ministerio del Espíritu,
y Ud. verá que sus cantos son mejores, que hay gozo en el corazón y sonrisa en
sus rostros. Algo hay allí, que está
vivo. Por esa razón Jesús dijo: “deben esperar para ser investidos de
poder desde lo alto”. ¿Cuál es ese
poder? La presencia divina. Escuche bien: y la autoridad divina que vienen con
la presencia del Espíritu Santo. Por tanto, Ud. no puede decirle a Dios cuando
él lo llame a hacer algo, que no puede hacerlo, ¿sabe por qué? porque cuando él
envió al Espíritu Santo a morar en Ud. Él
eliminó para siempre todas las excusas en su vida, ¿podría él llamarlo a hacer
algo que él no lo haya capacitado? No, no lo haría. ¿Le pediría que hiciera
algo que él mismo no puede hacer por medio de Ud? tampoco. Por tanto, en
cualquier cosa que Dios lo llame a hacer amable oyente, lo único apropiado que
Ud. puede hacer es decirle que sí.
Porque si Ud. le dice: no me siento competente, dígame: ¿quién se siente
competente? Mire, la clave para depender
del Espíritu Santo es sentir una incapacidad personal que lo impulse a uno ¿a
qué? a reconocer en primer lugar nuestra necesidad de él. En segundo lugar,
a depender de él, y en tercer lugar, a confiar en que él hará en nosotros todo
lo que necesitamos que haga y no hay ni uno solo de nosotros, que pueda hacer
con éxito el trabajo que Dios lo ha llamado a hacer, y soportar la dificultad, la adversidad, el dolor, el sufrimiento, la crítica y todo lo demás, sin contar con el poder
del Espíritu Santo. Ahora bien, Ud. verá algunas personas por ahí quien al parecer hace las cosas bastante bien en su vida. Pero sabe que, algunas de ellas tiene la
capacidad de trabajar muy bien en la carne y Ud. dirá: ¿no basta con eso? No,
no basta con eso, porque Dios le ha dado a cada uno de nosotros un potencial y
ninguno de nosotros sabe cuál es su potencial. Por eso Ud. debe preguntarse: ¿estoy dispuesto hacer las cosas
apenas bien, cuando podría hacerlas mucho mejor? ¿Estoy dispuesto a usar solo
un poco de mi energía cuando puedo usarla toda? Mire, de algo estoy seguro, de
que no hay tal cosa como una persona llena del Espíritu, haciendo un trabajo
mediocre, ni tampoco una persona llena del Espíritu, que sea insensible a los
demás. Descuidado en el trabajo e indiferente, ante su responsabilidad. Si todo
creyente en este país estuviera lleno del Espíritu Santo, ¿sabe lo que
sucedería con nuestra economía? explotaría internacionalmente de tal manera que
no habría explicación humana para eso. Si cada creyente se levantara cada mañana
lleno del Espíritu Santo y fuera a trabajar, daría lo mejor de sí mismo con la motivación correcta, y una
total dependencia de Dios. Entonces
junto a su trabajo y su actitud seria mejores y habría gozo en su corazón
y además de eso: probablemente ganaría más dinero, que es lo que busca
la mayoría de la gente. Hay personas que tienen una actitud muy indiferente y
negligente en cuanto a lo que hacen y no
quieren dar lo mejor de sí, éstas dicen: ¿por qué debo hacerlo yo, si alguien
más puede hacerlo? Pues, déjeme decir algo: si esa es su actitud en el campo
laboral, entonces Ud. no está lleno del
Espíritu Santo, porque, ¿qué dijimos que hace El? Le da vigor al cuerpo,
alumbra la mente, y enardece la pasión dentro de nosotros, produciendo
devoción, amor y obediencia a Dios todo poderoso. Entonces, desearemos hacer lo
mejor y dar lo mejor de nuestra parte, y no trabajar 6 horas y media al día, cuando deberían ser 8.
Ni tampoco irnos 30 minutos antes de acabar la jornada. Ud. puede estar seguro,
que Dios nunca le exigirá más de lo que pueda hacer, en la presencia del poder
del Espíritu Santo. Ahora bien, cuando Ud. y yo actuamos en la carne, usamos
nuestra propia energía, tal como a veces me ha pasado a mí, cuando en
definitiva no creí que podía hacer todo lo que
podía hacer y mucho de lo cual no era lo que Dios quería que hiciera y otras
veces esperamos más de lo que le espera, sin embargo, lo que él ha prometido es
darnos sabiduría, entendimiento, conocimiento,
y energía para hacer lo que él nos ha pedido. Él se encargará de que todo
lo que Ud. haga sea un éxito. Si se apoya en el Espíritu de Dios, recurre que
depende de él, espera en él y confía en que él le de dirección, energía, fortaleza, y sabiduría para hacer el trabajo.
Escuche: todo creyente tiene derecho a exigir la presencia y el poder del
Espíritu de Dios en su vida, para cualquier cosa que Dios lo haya llamado a hacer. A veces me
encuentro con algunas personas para quienes esas cosas no andan muy bien. Todo
lo ven difícil, sienten que su vida anda por los suelos, eso no siempre es así,
pero al empezar a hacerles algunas preguntas, me doy cuenta exactamente de lo
que pasa, ¿sabe dónde han puesto su confianza? En sus fuerzas, en su energía,
en su experiencia, y además de eso, confían en alguien más para salir adelante
en la vida. No se puede confiar en nadie más para salir adelante. Hay que
confiar en Dios todopoderoso, el cual lo creó a Ud. y lo ha capacitado y
equipado para lo que él quiere. Confíe en El, y vea lo que él pueda hacer por
Ud. Pues bien, alguien dirá: yo ando en busca de un ascenso y necesito hacer lo
que puedo para persuadir a mis jefes. Espero que ellos vean mi buen desempeño. ¿Sabe
lo que Ud. debe hacer? Nada mas asegúrese,
de que Dios vea su buen desempeño donde está y él sabrá como motivar a
sus jefes para que lo hacienden al puesto que él quiere, ¿sabe por qué? Porque
Ud. habrá demostrado ante Dios que es digno de confianza donde quiera que esté.
El dijo: quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investido de poder
desde lo alto. Si a Ud. no le gustan como marchan las cosas en su vida, tampoco
le gustan como marchan las cosas en su trabajo. Así que llénese del Espíritu
Santo y nada mas diga: Señor, aquí está mi vida, quisiera ver lo que tú puedas
hacer, lo que yo he hecho es un desastre, pero ahora quiero ver lo que tú
harás. Amable oyente: ¡Ud. quedará sorprendido de lo que Dios hará en su vida!
No importa su edad, su profesión, o cual sea su motivación ahí donde está. Dios empezará hacer una labor en su vida de
manera extraordinaria. Recuerde lo que hemos dicho, que el poder del Espíritu
Santo, es la energía y la autoridad de Dios para hacer lo que necesitamos
hacer. Por ejemplo: cuando los hijos actúan mal, los padres pueden hablarles
amorosamente, pero con la autoridad de Dios todopoderoso, ¿y qué tiene que ver con eso, el Espíritu
Santo, dirá Ud.? Pues, sabe lo que hará el Espíritu Santo con su hijo, como
creyente? Lo hará que no solo vea que mamá y papá tienen razón, sino que Dios
también intenta decirle algo. Mire, no relegue la acción del Espíritu Santo a
la predicación, y la enseñanza, él quiere involucrarse, en todos los aspectos
de su vida, no importa lo que sea. ¿Por qué no he de escuchar a Dios cuando
debe tomar una decisión financiera, y no solo a esta persona y a aquella otra? Y
Ud. pregunta: ¿cómo puedo escuchar a Dios? dígale: Señor, no entiendo
exactamente como hacer esto, ¿por qué no envías a mi vida a alguien que esté
lleno del Espíritu; alguien dirigido por tus principios, para que me ayude a
entender y a tomar una decisión sabia? Y eso es precisamente, lo que Dios hará.
Hay persona devotas y llenas del Espíritu en todo lugar, las cuales están
listas y dispuestas, a ayudar a
otros con respecto a eso. Mire, ésta
vida que Ud. y yo tenemos es algo sobrenatural. Por esa razón Dios les dijo a
ellos: “esperen hasta que sean investidos de poder desde lo alto”. Así que, cada uno de nosotros, en quien habita
el Espíritu Santo, tiene derecho a demandar eso y a invocar al Espíritu de
Dios, para que le permita hacer lo que él le ha llamado a hacer. Por tanto, ¿cuál
fue la primera razón por la que Dios envió el Espíritu Santo? Capacitarnos para
hacer la tarea que El nos ha llamado a hacer. Ahora bien, ¿algún creyente está
excluido de eso? No, ninguno. La segunda razón es permitir que vivamos la vida
que El nos ha llamado a vivir. Pero ¿qué clase de vida es esa? Pues se trata de
una vida santa y vamos a averiguar en qué consiste la misma. En primera de
Pedro, se nos dice que hemos de ser santos así como Dios es santo. ¿Significa
eso que no vamos a pecar? Si eso es lo que significa, yo me doy por vencido y
renuncio y el resto de nosotros tendrá que hacer también lo mismo. Pero vivir
una vida santa no significa tener una vida sin pecados, ¿por qué lo sé? Porque
Dios sabe cuán humano es cada uno de nosotros y que ninguno de sus discípulos
vivió una vida perfecta sin pecado. Si no cree eso, vea romanos capitulo 7,
donde Pablo dice: “lo que no quiero hacer, eso mismo hago, y lo que quiero
hacer, no lo hago”. Pero luego llega al capítulo 8, donde habla de la victoria
que llegó a descubrir en relación con Jesucristo y con el Espíritu Santo. Pues
bien, si la vida santa no es una vida sin pecados, ¿entonces qué es? La vida
santa es aquella vida que ha confiado en Jesucristo como salvador personal y
que se ha sometido a Dios para El, con devoción, anhelo y pasión. Pero eso no
significa que no cometeremos errores, ya que todos vivimos en este mundo con
una naturaleza pecaminosa. Ahora bien, nosotros no podemos vivir conforme a dicha naturaleza y
dejar que ella gobierne, domine, destruya y arruine nuestra vida, por ser salvos por medios de
Jesucristo, y experimentar lo que es vivir en el poder del Espíritu del Dios
vivo. Pero alguien dirá: Mire, yo he tratado de hacer todo lo posible para
vivir la vida cristiana, y también he conocido muchas personas durante años que
dicen ¿sabe una cosa? Yo también lo he intentado y no funciona. Sí funciona.
Pues yo lo he intentado y no funciona, no me diga que sí, porque no funciona. ¡Claro
que sí funciona! ¿Sabe cuál es el problema? Que Ud. lo ha intentado, lo ha
intentado y lo ha intentado, pero según sus propias fuerzas y su propia
energía. Ahora bien, mire lo que algunas iglesias le dicen a Ud. una vez que
Ud. ha sido salvo: ahora Ud. tiene que leer y obedecer los 10 mandamientos y el
sermón del monte, asistir a la escuela dominical, al servicio del domingo y el
miércoles en la noche, leer su Biblia, orar, y diezmar de sus ingresos. Y
cuando terminan de leer toda esa lista, Ud. dice: ¿cómo podré hacer todo eso? ¿Sabe
una cosa? Ud. puede leer su Biblia, puede orar, puede dar y puede asistir a la
iglesia y andar totalmente descarriado. ¿Sabe por qué? Porque uno puede hacer
todo eso, en sus propias fuerzas, pero escuche bien esto: andar en el Espíritu
y en obediencia a Dios, no se puede hacer en la carne. La Biblia dice que todos
tenemos uno de estos dos estilos de vida, o andamos en la carne o andamos en el
Espíritu. Y también dice que debemos andar en el Espíritu, no en la carne. Pero
¿qué significa andar en la carne? Pues, esa es una palabra que Pablo usa para
referirse a nuestra naturaleza pecaminosa, sin embargo, los creyentes tenemos
un nuevo espíritu y una nueva naturaleza, pero ¿sabe una cosa? Todavía tenemos
nuestra vieja naturaleza. Habría sido maravilloso, si Dios nos hubiera
despojado de nuestra vieja naturaleza, pero no lo hizo. Así que, todavía
tenemos la capacidad de pecar contra Él en cualquier momento. Si andamos en el
Espíritu y el Espíritu de Dios controla nuestra vida, no hay duda de que tendremos un estilo de
vida diferente. Pero también podemos andar en la carne, según nuestra vieja
naturaleza, lo cual la Biblia llama carnalidad. Pero ya sea carne o carnalidad,
se trata de la misma cosa. Ud. ha escuchado a la gente decir: mire, lo que yo
hago es simplemente natural, ¡claro que lo es! Para una persona que está
perdida es natural, beber sin parar, irse de fiesta y echar a perder su vida.
Eso es algo natural, según lo que dice Pablo en Efesios capitulo 2, de que en
otro tiempo anduvimos siguiendo la corriente de este mundo, el estilo de vida
natural de esta época. ¿Y qué es eso? La búsqueda, el anhelo, el deseo, la
codicia de todas esas cosa con las que yo procuraba llenar el gran vacío de mi
corazón. Pero la verdad es que Dios dejó ese vacío en nuestra vida, para que
solo Jesús lo pudiera llenar. Así que, el creyente llega a sentirse desalentado
en su vida mientras dice: he tratado de vivir la vida cristiana y no puedo.
Permítame hacerle una pregunta: ¿Qué tuvo que ver el Espíritu Santo en su vida
en medio de su fracaso, sus dificultades y su necesidad? No significa que Ud.
no tendrá ningún apuro en su vida, pero Dios ha enviado al Espíritu Santo para
hacer posible que Ud. y yo vivamos una vida,
que no se puede vivir según la carne. No podemos vivir esa vida según
nuestras propias fuerzas. Recuerdo el primer momento en que me di cuenta de que
Dios no quería que yo viviera la vida cristiana por medio de mi esfuerzo, de
súplicas, oración, ruegos, ayunos, y todas esas cosas mediante las cuales
intentaba vivir una vida recta ante El. Sin embargo, una y otra vez, llegué a sentirme
como un absoluto fracaso. Todo sucedió al leer uno de los capítulos del libro: “ellos
hallaron el secreto”, acerca de Hudson Taylor, y reconocer lo que Jesús dio a
entender cuando dijo: “yo soy la vid, vosotros las ramas, como la rama
permanece en la vid, yo permanezco en Uds. Y Uds. en mí. Ahora bien, la rama no
puede dar fruto por sí misma. Ud. nunca ha visto una rama sola, tratando de dar
fruto. La savia que corre por la vid, corre también por el tallo hacia las ramas,
y eso es lo que produce las uvas. Sin embargo, allí estaba yo, tratando de dar
fruto durante largo tiempo y ¿sabe una cosa? fracasé igual que los demás, hasta
el momento en que reconocí, lo que Jesús quiso decir con estas palabras: “permaneced
en mí y yo en vosotros”. Escucha bien: la vida cristiana es Jesucristo viviendo
su vida en y por medio de nosotros, en el poder y la presencia de la persona
del Espíritu Santo de Dios. Ud. no puede hacer la labor que Dios le ha llamado a
hacer, aparte del Espíritu Santo, y tampoco a vivir la vida que Dios le ha
llamado a vivir, porque se trata de una tarea sobrenatural. Un poder
sobrenatural y una vida sobrenatural. Y la razón por la que hay tantos fracasos,
es porque muchas veces la gente desconoce totalmente el hecho de que el
Espíritu de Dios es una parte indispensable en nosotros, todos los días de la
vida. Ahora Ud. ha escuchado que Efesios 6 dice: que hemos de vestirnos de toda
la armadura de Dios. Pues bien, yo prefiero empezar de arriba hacia abajo, o
sea: por el yelmo de la salvación, ¿y qué hace este yelmo? Protege mis
pensamientos, ¿y la coraza de justicia? Esta protege mis emociones. Luego está
el cinto de la verdad, el cual me asegura que ando en el Señor; y el calzado
del evangelio de la paz, ya que debo ser un pacificador. Después está la espada
del Espíritu, que es un arma tanto defensiva como ofensiva y sobre todo eso,
necesito tomar el escudo de la fe, para apagar todos los dardos de fuego del
diablo. Así que, mañana por la mañana, cuando Ud. se despierte, dígale a
Dios: quiero darte las gracias, porque en primer lugar, me he dado cuenta de
que dependo por completo del Espíritu Santo para poder vivir la vida, que tú
quieras que viva y para hacer la obra a que me has llamado a hacer. En segundo
lugar porque he decidido depender del Espíritu, el cual me dará la dirección
que necesito durante este día. En tercer lugar, Señor aceptaré tu dirección en
este día como algo ya hecho. Y bien, ¿sabe lo que pasa cuando Ud. se
levanta de ahí con toda la armadura puesta, y da un paso adelante y confiesa
con toda franqueza, que hoy depende totalmente de Él? Sabe ¿cuál es el problema
con eso? Que la mayoría de personas quiere asumir el control. Hacerse cargo de
la situación y sentirse capaz de eso. Mire, al pensar en todos esos libros y
seminarios que hay por ahí acerca del éxito. Es toda esa gente que habla de
tener éxito en la vida y de tener autoconfianza: mira que Ud. puede hacerlo,
Ud. Puede hacerlo, Ud. puede hacerlo. El asunto es que la Escritura dice que no,
que Ud. no puede hacerlo. Por tanto Ud. decide a quien le cree, le creerá a
Dios, o le creerá a ellos. Ahora escuche: ¿Qué quiere Ud? ¿Quiere tener vida en
abundancia? ¿O quiere tener lo que el mundo le ofrece: más dinero, más prestigio,
más distinción, y más seguridad basada en las cosas, las cuales se podrían
perder en una fracción de segundos? ¿O quiere la mejor clase de vida? Si yo
quiero nada más lo que el mundo me ofrece, puedo hacer algunas cosas según mis
propias fuerzas, pero si quiero algo que valga, entonces es distinto. Ayer
le decía a alguien que a veces queremos cambiar pensando que así podríamos ser
más feliz, pero la verdad es que nosotros podríamos tener gozo, ya sea que
tengamos felicidad verdadera o no, porque, el gozo sobrepasa la dificultad, la
adversidad, la prueba, la tribulación, y todas las cosas que podemos tener o
no. Y es que nuestra relación con Cristo, esa intimidad que podamos tener
con El, es algo que solo el Espíritu de Dios puede llevar a cavo, ya que su
obra es acercarnos a Él, y esa es mi oración cada día: Señor, acércame a ti, acércame
a ti. Porque sé que la intimidad, es la clave de esa sensación permanente de
gozo que nada en este mundo puede destruir, no importa lo que pase. Así que,
Dios desea que Ud. y yo reconozcamos diariamente nuestra dependencia, nuestra
necesidad desesperada del poder del Espíritu Santo, y confirmar eso en nuestra
vida, como algo cierto. Mire, todos nosotros hemos hecho torpezas en ciertas
áreas de nuestra vida, pero ¿sabe una cosa? Cuando Ud. depende de Él y está
atento a lo que él hace, se da cuenta de que es maravilloso lo que El puede
hacer. Y sin importar lo que a Ud. le esté pasando, El lo sostendrá en medio de
esa situación. Dios envió al Espíritu por dos razones: En primer lugar, para
capacitarnos para la obra que Dios nos llamó a hacer. Y en segundo lugar, para
hacer posible que vivamos la vida que El
nos ha llamado a vivir. Lo que quisiera hacer ahora es darle una
lista de la tarea que el Espíritu Santo lleva a cavo en su vida y la mía, la
mayoría de las cuales, se dan a diario. Quiero que vea cuáles son esas
acciones, y que entienda lo importante que es que comprendamos que se trata de
algo, que Dios ya está haciendo o desea hacer en su vida y la mía cada día. Y
da igual lo que enfrente en la vida en este momento. Pensemos entonces, en la
tarea del Espíritu. Lo que haré es señalarle cada una de sus acciones y luego
le daré el pasaje bíblico donde se encuentra, ya que no quiero que lea
solamente el versículo, sino también su contexto. Hemos dicho en primer
lugar, que el poder del Espíritu Santo, es la energía divina que Dios pone en
nuestras vidas para capacitarnos física y emocionalmente, para la labor que El
nos ha llamado a hacer. De manera que Dios actúa de una forma muy práctica,
en nuestra vida: momento, tras momento y día tras día. Pero con eso viene
también la autoridad y con la autoridad la sensación de confianza, pero no una
confianza humana y natural, sino una confianza que está basada en una relación
y en lo que Dios dice que el Espíritu Santo hará en nuestra vida. Podemos
hablar con autoridad, porque estamos totalmente seguros, de lo que Dios dice. Piense
ahora, en la primera tarea del Espíritu Santo, que es convencernos de pecado,
así fue como él nos salvó, esa convicción de nuestro pecado está en Juan
capitulo 16. Luego el lleva acabo la experiencia de salvación, como resultado
de esa convicción, en Juan capitulo 3. La Biblia dice luego, en Romanos
capitulo 8, que El viene a morar en nuestro Espíritu, y que nos sella para
siempre como hijos, hijas de Dios, en Efesios capitulo 1; es decir, una vez que
hemos sido salvos por la gracia de Dios, lo tenemos a El morando en nosotros, y
luego, la Biblia dice que él es la garantía, por así decirlo, de que le
pertenecemos a Él, y de todo lo que Dios nos ha prometido en el cielo. Pero no
solo eso, sino que la Biblia dice, en el capítulo 14 de Juan, que El es nuestro
maestro, puede ser que yo hable palabras, pero el Espíritu de Dios debe
enseñarle a Ud. la verdad, pues, él es nuestro maestro. Pero no solo eso, sino
que El es el que nos hace recordar las cosas que ya sabemos y que nos han sido
enseñadas, cuando tenemos necesidad de recordarlas, pero su trabajo no termina
ahí. Ya que en el capítulo 16 de Juan, dice que El es nuestra guía; el que nos
guía a toda la verdad. Así mismo en este
mismo capítulo dice que él es quien nos revela la verdad, cuando necesitamos
entender la verdad. Además, la Escritura dice en el capítulo 14 de Juan, que El
es nuestro consolador. Y en primera de Corintios 12, dice que es el que nos da
dones espirituales. Pero él no solo nos da dones espirituales, sino que también
nos llena. Y así mismo lleva fruto por medio de nosotros según Gálatas capitulo
5. Según Lucas 24 y hechos 1, él también nos da su poder. Quiero ahora, que
piense en algo más, el Espíritu de Dios se encarga de trabajar en su vida y en
la mía, en todas aquellas áreas en las
cuales somos incompetentes por nosotros mismos. Pero ahora vea esto: Que él
no solo nos convenció de pecado a la hora de salvarnos y regenerarnos, sino que
nos convence de pecado también ahora. De manera que El habita en nosotros. Nos
ha bautizado en Cristo, afirmándonos en El, nos ha sellado para el día de la
redención, nos guía, nos enseñan, nos recuerda las cosas, nos revela la verdad,
es nuestro consolador, nos da dones espirituales, hace que llevemos fruto, nos
llena y nos da poder. Ahora bien, cualquiera que haga esas 12 o 13 cosas
diariamente por mí, con excepción de la salvación, ya que eso ocurre de una vez
y para siempre, ese es alguien a quien yo necesito, me hace falta, debo apoyarme en El, y eso me da una buena
razón para despertar cada mañana y sentirme totalmente seguro ¿seguro de qué? del
poder y de la presencia del Espíritu Santo. Debido al hecho de que él ha
sido enviado a vivir en mí, yo puedo saber con certeza hoy, que no
desperdiciaré mi tiempo, y si ando en su poder, es decir, en su energía divina,
y en su autoridad, y si mi corazón está sometido a Él, y mi anhelo es conocerle
mejor, entonces, podré llegar a casa esta noche y darle gracias a Dios y
alabarlo, no importa lo que haya ocurrido en mi vida; ella ha sido un buen día,
y Dios me ha bendecido hoy ¿por qué? Porque el Espíritu de Dios ha hecho su
tarea sobrenatural en mi vida, en este día, y en este momento. Ahora
escuche: ¿Puede alguien darle una buena razón para levantarse y sentirse por
los suelos? Sé que a veces una persona puede estar deprimida emocionalmente,
por ciertas cosas que ocurren en su vida, yo entiendo eso. Pero sabe Ud. ¿a qué
se debe en gran parte de la depresión? Esta no es más que una pobre sensación
de desaliento, ¿sabe por qué? Porque no hay confianza en Dios y piénselo un
momento. Creo que yo podría mencionar suficientes cosas que podría ocurrir en
su vida, como para producirle una depresión nerviosa antes de finalizar este
mensaje. Pero sabe ¿cómo vive la mayoría de las personas? En sus propias
fuerzas, según su propia energía; estas se enfrentan a un mundo perverso e
infame, que podría estallar en cualquier momento. Mire, existen suficientes
bombas atómicas por ahí en muchos países, como para destruir el mundo entero
unas 4 veces. ¿Cómo puede Ud. acostarse pensando en eso? Pero algunos lo hacen.
Y si Ud. va por la autopista a 95 o 100 kilómetros por hora, y alguien que va
junto a Ud. hace un giro equivocado y todo se acabó y Ud. ¿se preocupa por eso
cada día? Sabe Ud. que la economía podría derrumbarse y Ud. podría perder su
salud y hay miles de cosas que podrían suceder, pero debe un creyente levantarse
cada mañana pensando, Señor: ¿podré salir adelante hoy? ¿Me quedaré sin trabajo
este día? ¿Perderé esto o aquello? No, escuche lo que dijo Jesús: y como podría
haber dicho El esto, sino tuviéramos al Espíritu Santo en nosotros, dijo así: “mi
paz os doy, pero no como el mundo la da, no se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo”, Juan 14:27. ¿Por qué? Porque hay alguien dentro de su ser que lo ha
sellado a Ud. Para siempre, como hijo, hija de Dios. ¿Sabe lo que me dijo una
señora hace poco en la Iglesia? Dijo: ya casi, ya estoy a punto, ¿a punto de
qué? A punto de creer en la seguridad eterna, entonces le dije; señora,
entonces hágalo ahora mismo porque si no cree que no está segura eternamente,
en qué punto se haya Ud. quizás sí, quizás no. Ahora bien, ¿puedo yo cumplir
con lo que Dios exige? No, no puedo, por eso Pablo dijo: con Cristo estoy
juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, en el poder del
Espíritu Santo, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó así mismo por mí, Galatas2:20. Pues bien,
el Espíritu Santo es una persona de la Trinidad, la promesa del Padre y un don
para cada creyente, el cual vino a investirnos de poder para la tarea que Dios
nos ha llamado a hacer y vivir la vida que él nos ha llamado a vivir. También
hemos visto, algunas cosas que él hace en nuestras vidas cada día, cuando se lo
permitimos. Pero la gran pregunta es ésta: ¿Cómo puedo ser lleno del
Espíritu Santo? Cómo puedo andar en el Espíritu? Pues escuche cuidadosamente: Después
de haber puesto su fe en Jesucristo como su salvador personal, mire lo que Ud.
debe hacer: en primer lugar, debe reconocer su necesidad del poder del Espíritu
en su vida, si no lo hace, nunca será lleno y entonces tendrá que hacer las
cosas según su propia capacidad, pero reconocer eso, es probablemente lo más
difícil para una persona en la vida, ya que la gente se confía en su
apariencia, en su habilidad, en su destreza, en sus talentos, y en todo lo
demás, menos en Dios. ¿Para qué tengo que confiar en Dios dicen? pero si
Ud. es una de esas personas que se sienten incompetentes, gracias a Dios por
ello, y déjeme decirle algo amado oyente: yo mismo me siento incompetente, cada
día y Ud. dirá: ¿cómo podría Ud. sentirse incompetente? Le diré por qué: porque
yo soy humano tal como todos los demás, y todos somos incompetentes. Pero
algunos de nosotros somos lo suficientemente inteligentes para reconocerlo. Así
en primer lugar, para ser llenos del Espíritu Santo debo reconocer mi absoluta
necesidad de Él en mi vida, en segundo lugar, debo desear ser lleno. Si Ud. no
tiene el deseo de ser lleno del Espíritu Santo, entonces, eso no ocurrirá. En
tercer lugar, debo estar dispuesto a arrepentirme de mi pecado en mi vida, y
arreglar cualquier situación que Dios me señale; el otro aspecto es que debo
entregar mi vida al Espíritu Santo. Preste mucha atención ahora: cuando
alguien pregunta: ¿qué significa andar en el Espíritu? Lo que significa eso es
que debo andar sometido al control del Espíritu Santo en mi vida. Padre, ¿qué
quieres que haga? Uno tiene que estar dispuesto a vivir bajo su control.
Dispuesto a someterme a su control. Si no estoy dispuesto a someterme a su
control, entonces no seré lleno del Espíritu Santo. Porque la llenura del
Espíritu habla del control del Espíritu. Si estoy lleno del Espíritu, eso
significa que he sometido mi voluntad a El, diciendo: no se haga mi voluntad sino
la tuya. De manera que el número uno es reconocer mi necesidad, el paso 2 es
tener un deseo, el paso 3, resolver cualquier pecado que estorbe en mi vida, y ¿cuál
es el paso número 4? Entregar mi vida a El, lo cual significa escuche bien: andar
en sumisión voluntaria del Espíritu Santo en mi vida, permitir que él tenga el
control. Y ¿cuál es el paso siguiente? Sencillamente este: creer en El, crea
simplemente que él hará lo que ha prometido hacer, y el dijo: “sed llenos del
Espíritu”. Y ahora preste atención a esto: Dios no me pediría que haga
algo, sin hacer El su parte. Pero mire ahora done estuve yo la peor de mis
luchas. Duré años para comprender esto. Vea lo que yo pensaba: muy bien, me he
arrepentido, he orado, he llorado, he suplicado, he ayunado. Pero aun seguía
esperando que al sucediera. No me explico por qué me demoré tanto para llegar a
este punto, pero quiero que apunte este pasaje, primera de Juan capitulo 5
versículos 14 y 15. ¿Qué dice aquí? Preste atención a esto: versículo 14. Y
esta es la confianza que tenemos en El, en Dios, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, El nos oye. Ahora bien, no hay duda de que ser lleno
del Espíritu Santo está de acuerdo con
su voluntad. Por tanto, El me oyó a mí. Versículo 15. Y si sabemos que El nos
oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos en ese momento, las peticiones que le hayamos hecho. En el
momento en que yo acepté este versículo como algo real: por primera vez en mi
vida, supe lo que significaba ser llenos del Espíritu de Dios. ¿Qué hemos
dicho entonces? Que debe haber conciencia de la necesidad, deseo, confesión,
arrepentimiento del pecado, y luego debemos pedirle a Él, confiar en El,
renunciar a todo y estar a la expectativa de lo que El hará. Ahora bien, ¿qué
puede esperar Ud. si le pide al Espíritu Santo que lo llene? En primer lugar:
gozo: vea lo que dice Pablo en el capítulo 5, de Efesios, versículo 18 y 19: “no
os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien, sed llenos del
Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y canticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. ¿Sabe una
cosa? Al estar lleno del Espíritu, Ud. va a tener gozo en su vida. ¿Significa
eso que todo a su alrededor se resolverá? No necesariamente, lo que quiere
decir es que Ud. podrá tener paz en medio de todo eso, no importa lo que sea. En
primer lugar gozo, en segundo lugar fruto. No hay tal cosa como un creyente lleno
del Espíritu, que sea un mero espectador. Un creyente lleno del Espíritu,
estará involucrado de alguna manera en la vida de la gente o en alguna labor
del ministerio. La tercera cosa, es que su fe se fortalecerá más y más, a
medida que Ud. ande en sumisión al Espíritu, ¿sabe por qué? Porque Dios
empezará a hacer ciertas cosas en su
vida, y por medio de ella, que lo dejarán sorprendido. Y entonces Ud. dirá:
Señor, ¿por qué tardé tanto en aprender estas verdades tan tremendas? Y quiero
decirles a Uds. que son jóvenes que escuchan las Escrituras, semana tras
semana, que no deben tomar esto a la ligera. ¿Qué no habría dado yo, para que alguien
me hubiera empezado a enseñar a la edad de 12 años, lo que he tratado de
enseñar mediante el Espíritu Santo a los niños, en esta iglesia durante todos
estos años? Ojalá hubiera aprendido todo eso, pero ¿sabe una cosa? Los años
pasan y a medida que procedemos entender
más y más la palabra de Dios, todos recibimos bendición conforme El nos enseña
la verdad. Y habrá gozo, hará fruto, y su fe se fortalecerá. Bien, Ud.
dirá: quiero hacerle una última pregunta: ¿Cuánto dura la llenura del Espíritu,
para siempre? Quiero saber ¿cuánto tiempo puedo andar en el Espíritu? Pues bien
Ud. puede andar en el Espíritu y en su poder, mientras está dispuesto a someter
a su control, todas las decisiones de su vida. Significa eso, ¿que puedo andar
en Espíritu por largo tiempo? Por supuesto. Pero suponga que yo decido tomar
el control diciendo: yo se que Dios quiere esto, pero yo quiero esto otro. O
que peco intencionalmente contra él, pues confiéselo, arrepiéntase, dele
gracias a Dios por su perdón y siga adelante, y alguien más dirá: eso es
sumamente fácil. Un momento: la crucifixión de Jesús, no fue algo fácil, y
escúcheme bien amable oyente, porque esa es precisamente la gracia de Dios. La
gracia de Dios es el perdón divino para Ud. y para mí. El cual fue adquirido
mediante la muerte reconciliadora de su hijo en la Cruz. La única razón por
la que Ud. y yo, podemos confesar nuestro pecado, arrepentirnos de él, y
experimentar el perdón instantáneamente, es porque Jesús pagó un precio
tremendo y atroz al morir en la cruz,
para cancelar por completo nuestra deuda de pecado hace casi dos mil años.
Es por eso que parece algo simple, pero no lo es. Vea ahora, lo que le dirá el
diablo: yo sabía que no podías cumplir con eso. Y luego hará que Ud. sienta
lástima de sí mismo y que diga: mire, ya no sé qué hacer, lo he intentado, he
hecho todo lo posible, pero creo que eso no funciona conmigo, simplemente no
puedo andar en el Espíritu. No hay duda que eso es algo satánico. El sentir
lástima de uno mismo, no es una actitud permisible en un hijo de Dios. ¿Por qué?
Porque no hay razón para ello. El Espíritu de Dios, no nos abandona así pequemos
contra El, ni dice que me convencerá de pecado y me abandonará sí no resuelvo
las cosas, no. ¿Sabe lo que El hará? Elevará la temperatura, eso hará: ¿por qué?
Porque nos ama. Ya él nos ha sellado y somos su posesión hasta el día de la redención.
Así que, no nos abandonará, sino que estará con nosotros hasta el final. Y quizás
algunos de nosotros iremos pateando y gritando, pero El nos llevará hasta el
final del camino sin importar lo que pase. Ahora bien, Ud. puede escoger
entre estas dos cosas: puede seguir viviendo su vida como siempre, o puede
descubrir lo que Dios hará en cada aspecto de su vida, si reconoce su necesidad
del Espíritu Santo y tiene el firme deseo de que su vida cambie. Una vez
que haya hecho eso, confiese cualquier pecado que Dios traiga a su memoria,
permitiendo que El tome el control de su vida y dándole las gracias por
llenarlo del Espíritu Santo, ya que su vida nunca será igual. Esa es la
decisión más sabia que Ud. puede tomar.
Ahora vamos a orar: Padre, cuán agradecidos estamos por lo
bueno que eres con nosotros. Ya que en tu paciencia y amor esperaste durante
años, hasta que finalmente nos dimos cuenta de lo que esto significa. Por eso
te pido que hagas llegar este mensaje hasta lo profundo del corazón de cualquiera que lo
escuche. Haz que permanezca en nuestra mente. Que no podamos librarnos de su
influencia y que éste produzca un impacto incesante en nuestro ser. También te
pido que todo aquel que escuche este mensaje, pueda aceptar el desafío y
considerar la tarea tan formidable que puedes hacer en su vida, la cual tú
deseas realizar en cada uno de nosotros. Te damos gracias por eso. En el nombre
de Jesús, amén”.
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