martes, 26 de marzo de 2013


EL ESPIRITU SANTO EN LA VIDA DEL CREYENTE

Mensaje grabado en el mensajero En contacto, del Dr. Charles Stanley de su ministerio ENCONTACTO, autor de más de 20 obras y expositor de radio y TV para los 5 continentes
Transcrito por Rev. Mardonio Ricardo H.
Introducción: Hago esta transcripción de la grabación, con el fin de colaborar con el lector, que no tiene la posibilidad de escucharla. Pues me parece tan importante, que ni siquiera nosotros los pastores, debemos dejar de escucharla o leerla. ¡Que la lectura le sea de gran bendición!  El mensaje es como sigue:
“Una vez que hemos recibido a nuestro Señor Jesucristo como nuestro salvador, empezamos de inmediato aprender algunas lecciones o principios, mediante los cuales aprendemos a vivir la vida cristiana, pero el gran error que cometemos, es este: después de entender dichos principios, procedemos a utilizarlos o a vivirlos, pero después de un tiempo,  nos sentimos un poco seguros de nosotros mismos y las cosas comienzan a marchar más o menos como nosotros queremos, de modo que nos sentimos un poco exitosos en nuestras vida cristiana, y cuando nos damos cuenta, hemos tenido un gran fracaso, un tropiezo o en cierto modo una caída, ¿a qué se debe que aunque hayamos empezado como es debido, por alguna razón no hemos terminado bien?  Pues bien, una de las razones esenciales de eso, es que nos hemos desviado de los mismos principios, que nos pueden llevar al éxito, en lo que hacemos. Muchas veces creemos que los estamos practicando, sin embargo, hemos llegado a familiarizarnos tanto con ellos, con la palabra de Dios y con el mensaje que escuchamos, que cuando nos percatamos ya no los ponemos en práctica, y entonces, nos preguntamos: ¿Qué será lo que pasa en mi vida? Lo que me gustaría hacer en este mensaje, es ocuparme de uno de esos principios, que aunque básicos, es sorprendente y eficaz y así mismo determinante, para que tenga la victoria en su vida cristina, o que fracase con ella, pero no solo ahí, sino en todo lo demás, que Ud. emprende en la vida. Dios ha dejado bien claro en su palabra que hay una cosa en esta vida, que es fundamental cada día,  y quiero que me acompañe a Lucas capitulo 24. En este pasaje particular y antes de  ascender Jesús, les da un mandado a sus discípulos muy específico y esencial para su futuro. Este sencillo mandato, no solo determinará si ellos tendrán éxito en que lo hagan, sino también en su forma de vivir. Note entonces lo que dice a partir del versículo 44, de Lucas capitulo 24: Y les dijo: “estas son las palabras que os hablé, estando aun con vosotros, que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras y les dijo: así está escrito y así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén y vosotros sois testigos de estas cosas”. Fíjese ahora en el versículo siguiente: “He aquí yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros, pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seas investido de poder desde lo alto”. Y los sacó fuera hasta Betania y alzando sus manos los bendijo.  Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo. Ellos después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén. Pues bien, justo antes de su partida, Jesús dijo una de las cosas más importantes que podía haber dicho. Ellos no estaban preparados para esto, pero ahora él les dice: Quiero que se queden en Jerusalén hasta que sean investidos de poder desde lo alto, pues de eso mismo quisiera hablar en este mensaje: EL PODER DEL ESPIRITU SANTO EN LA VIDA DEL CREYENTE. Muchas personas tienen la idea de que el poder del Espíritu Santo es una cosa milagrosa y que  Dios hace por medio de un supuesto sanador, un predicador destacado, un maestro o así por el estilo. Sin embargo, yo quiero que entiendan que la tarea del ministerio y poder del Espíritu Santo, no están solo al alcance de todo creyente, sino que esa es la voluntad de Dios para cada uno de ellos, no importa quién sea Ud. Muchas veces esa es la gran barrera que debemos salvar y es que la gente suele pensar: mire, eso es para misioneros, para maestros y predicadores y nada tiene que ver con migo como negociante, madre o como estudiante o albañil o carpintero o secretaria. ¿Qué tiene el Espíritu Santo que ver con esas áreas de mi vida? Pues escuche cuidadosamente, porque es sumamente importante que Ud. y yo entendamos que este mensaje no se limita a los predicadores, misionero o maestros de la Biblia, sino que Dios quiere que sea para toda persona. Primero que nada, quiero definir lo que significa el poder del Espíritu Santo. El poder del Espíritu Santo, es esa autoridad  y energía divinas, que Dios derrama en y por medio de la vida de cada uno de sus hijos, con el fin de que Ud. y yo, podamos vivir en el temor de Dios y también llevar fruto. Así que, cuando él habla de ser investido con poder desde lo alto, se refiere a esa clase de poder. Permítame ahora decirle esto: El Espíritu Santo, no puede ser manipulado, Ud. no puede obligar al Espíritu Santo a que haga algo. Mire, una vez que el Espíritu Santo entra en la vida de una persona, éste da vigor a su cuerpo y alumbra su mente, para que pueda entender la verdad, pero no solo eso: sino que aviva a nuestro espíritu de pasión o devoción por Dios. Lo que yo deseo hacer en este mensaje, es darle un enfoque global acerca del Espíritu Santo, y para ello quiero empezar con algo muy simple, para luego avanzar a lo más complejo.  Y de una cosa estoy seguro, si Ud. escucha cuidadosamente este mensaje y es lo bastante sensato como para tomar notas, no solo estará bien informado, sino que éste le inspira a dar ánimo a su vida, no importa cuál sea su profesión o lo que Dios lo haya llamado a hacer. Para empezar, quiero que formulemos 5 preguntas y que Ud. no esté tan pasivo, sino que también participe en las repuestas, ya que Ud. tendrá que ser capaz de responder cuando alguien le pregunte ¿quién es el Espíritu Santo y de dónde procede? pero no solo quiero que pueda responder a esas preguntas, sino que también sea capaz de responder, basado en la experiencia personal, que ha obtenido como consecuencia de su relación con Dios, por medio de su Hijo Jesucristo y la presencia del mismo Espíritu Santo en su vida. Pregunta número uno: ¿Quién es el Espíritu Santo? Pues, en la Biblia está bastante claro quién es El, y ésta dice que el Espíritu Santo: escuche bien. Es una persona de la Trinidad. Valla hasta Génesis capitulo 1. Esta es una de esas verdades que suele pasar inadvertida para nosotros. En Génesis capitulo 1, vea el versículo 1, el cual es muy conocido y dice así: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Y ahora, note lo que dice en el versículo 2. “Y la tierra estaba desordenada y vacía,  y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Versículo 26. Entonces dijo Dios: “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y señoree en los peces del mar, en las ves de los cielos, en las bestias en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Al decir Dios: “hagamos al hombre a nuestra imagen”, ¿a quién más se refiere con “hagamos”?: a Dios el Padre, Dios el Hijo Y Dios el Espíritu Santo. Y es el Espíritu Santo quien se movía sobre la creación. De manera que no hay duda, de que el Espíritu de Dios tomó parte en la creación. Valla un momento por favor, al libro de Juan capitulo 14. Aquí Jesús les da ánimo a sus discípulos, en un momento que él sabe que es como el preludio de un gran desaliento. Dice así en los versículos 16 y 17 de Juan 14: “Y yo rogaré al Padre y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre. El Espíritu de verdad al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque mora con vosotros y  estará en vosotros”. Jesús no refirió al Espíritu Santo como una cosa, sino como una persona y es que el Espíritu del Dios vivo no es una fuerza, sino alguien sumamente importante en su vida diaria y la mía. Si alguien dijera: dígame ¿quién es el Espíritu Santo? ¿Qué es lo primero que Ud. debe decir? Que él es una persona de la Trinidad y en segundo lugar, que él es la promesa del Padre. Note lo que Jesús dijo en el capítulo 24 de Lucas, versículo 49: “yo enviaré la promesa de mi Padre, pero permanezcan en la ciudad, hasta que sean investidos de poder desde lo alto”. El Espíritu del  Dios vivo no es solo una persona de la Trinidad, sino también la promesa del Padre. Jesús prometió que el Padre enviaría al Espíritu Santo diciendo que él sería un ayudador, un consolador que estaría en, con y sobre ellos, lo cual se produjo más tarde el día de pentecostés. En tercer lugar, el Espíritu Santo es un don para cada creyente. Valla al libro de Hechos un momento. Ud. recordará que Pedro había predicado un tremendo mensaje en pentecostés y miles de personas fueron salvas y sus vidas transformadas. Lo que pasó más tarde, es evidencia clara de que algo asombroso había ocurrido en este día particular. Vea lo que ocurre en los versículos 37 y 38 de hechos capitulo 2. “Al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados  y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Pues bien, cuando alguien le pregunte ¿quién es el Espíritu Santo? Ud. debe decirle: el Espíritu Santo es una persona de la Trinidad, una promesa del Padre y un don para cada creyente. ¿De acuerdo? Ahora bien ¿por qué razón lo envió Dios a El? Pues, él dice en este otro pasaje, que ellos debían quedarse en la ciudad de Jerusalén hasta ser investidos de poder desde lo alto. Esa es la primera razón por la que Dios lo envió. Ahora, ambas razones son igualmente importantes, pero yo quiero poner esta de primera. Dios el Padre envió al Espíritu Santo para darnos la capacidad de efectuar la tarea que él nos llamó a hacer. Piense ahora en esto: si Jesús inició su ministerio después que el Espíritu de Dios vino sobre él de manera especial para que hiciera su labor y si el apóstol Pablo empezó su ministerio después que el poder del Espíritu Santo vino sobre él y lo bautizó y si Jesús les dijo a sus apóstoles: “Uds. han caminado con migo, han presenciado milagros, me han visto a mí, me han oído, han experimentado el echar fuera demonios y todo lo demás”, sin embargo, aun no están preparados para hacer la obra a la que les he llamado. Porque se trata de una tarea sobrenatural, que Uds. no pueden realizar sin un poder sobrenatural. ¿Cuál es ese poder sobrenatural? Se trata de la autoridad y el poder divinos derramados en y por medio de la vida de una persona con el fin de permitir que  ésta viva en el temor de Dios, y que también lleve fruto. Por tanto él les dijo: “esperen hasta que venga el Espíritu Santo”. También les dijo: “recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra”. Una de las razones fundamentales por las que él vino es para equiparnos para la tarea que Dios nos ha llamado a hacer. Ahora bien, esa tarea, puede ser una, entre una variedad de cosas, tal como lo mencionamos hace unos momentos. Pero muchas veces la gente oye un mensaje sobre el Espíritu Santo y lo relegan a algo más. Pues, yo quiero decirles que el Espíritu Santo no habría venido a morar en Ud. si no tuviera la intención de que Ud. hiciera las cosas tan solo por medio de su poder. Así que, no importa cuál sea su profesión, su nivel  educativo o su situación. Si Ud. está lleno del Espíritu Santo, ya tiene el poder y la autoridad sobre naturales que le permitirán tener éxito en cualquier cosa que Dios lo haya llamado a hacer. Así que, él les dijo: “deben esperar”. Aquella era una tarea sobrenatural que debía hacerse como con un poder sobrenatural. Tanto Jesús, como los apóstoles y como los demás. ¿Por qué entonces hay tantas iglesias cristianas que están en cierto modo muertas? es decir, la música está muerta y también la predicación, no hay nada con vida. Yo les diré porqué: muéstreme una iglesia donde el Espíritu de Dios es ignorado, donde no hay ningún énfasis, ni en el Espíritu Santo, ni en la sangre de Cristo, ni tan poco en la cruz, y yo le mostraré que algo ha desaparecido  terriblemente. Muéstreme una persona que entiende la labor del Espíritu en su vida y que la pone en práctica, y una iglesia que entiende cual es el ministerio del Espíritu, y Ud. verá que sus cantos son mejores, que hay gozo en el corazón y sonrisa en sus rostros.  Algo hay allí, que está vivo. Por esa razón Jesús dijo: “deben esperar para ser investidos de poder  desde lo alto”. ¿Cuál es ese poder? La presencia divina. Escuche bien: y la autoridad divina que vienen con la presencia del Espíritu Santo. Por tanto, Ud. no puede decirle a Dios cuando él lo llame a hacer algo, que no puede hacerlo, ¿sabe por qué? porque cuando él envió al Espíritu Santo a morar en Ud.  Él eliminó para siempre todas las excusas en su vida, ¿podría él llamarlo a hacer algo que él no lo haya capacitado? No, no lo haría. ¿Le pediría que hiciera algo que él mismo no puede hacer por medio de Ud? tampoco. Por tanto, en cualquier cosa que Dios lo llame a hacer amable oyente, lo único apropiado que Ud. puede hacer es decirle que sí.  Porque si Ud. le dice: no me siento competente, dígame: ¿quién se siente competente?  Mire, la clave para depender del Espíritu Santo es sentir una incapacidad personal que lo impulse a uno ¿a qué? a reconocer en primer lugar nuestra necesidad de él. En segundo lugar, a depender de él, y en tercer lugar, a confiar en que él hará en nosotros todo lo que necesitamos que haga y no hay ni uno solo de nosotros, que pueda hacer con éxito el trabajo que Dios lo ha llamado a hacer, y  soportar la dificultad, la  adversidad, el dolor,  el sufrimiento,  la crítica y todo lo demás, sin contar con el poder del Espíritu Santo. Ahora bien, Ud. verá  algunas personas por ahí quien al parecer  hace las cosas bastante bien en su vida.  Pero sabe que, algunas de ellas tiene la capacidad de trabajar muy bien en la carne y Ud. dirá: ¿no basta con eso? No, no basta con eso, porque Dios le ha dado a cada uno de nosotros un potencial y ninguno de nosotros sabe cuál es su potencial.  Por eso Ud. debe  preguntarse: ¿estoy dispuesto hacer las cosas apenas bien, cuando podría hacerlas mucho mejor? ¿Estoy dispuesto a usar solo un poco de mi energía cuando puedo usarla toda? Mire, de algo estoy seguro, de que no hay tal cosa como una persona llena del Espíritu, haciendo un trabajo mediocre, ni tampoco una persona llena del Espíritu, que sea insensible a los demás. Descuidado en el trabajo e indiferente, ante su responsabilidad. Si todo creyente en este país estuviera lleno del Espíritu Santo, ¿sabe lo que sucedería con nuestra economía? explotaría internacionalmente de tal manera que no habría explicación humana para eso. Si cada creyente se levantara cada mañana lleno del Espíritu Santo y fuera a trabajar, daría lo mejor  de sí mismo con la motivación correcta, y una total dependencia de Dios. Entonces  junto a su trabajo y su actitud seria mejores y habría gozo  en su corazón  y además de eso: probablemente ganaría más dinero, que es lo que busca la mayoría de la gente. Hay personas que tienen una actitud muy indiferente y negligente en cuanto a lo que hacen y  no quieren dar lo mejor de sí, éstas dicen: ¿por qué debo hacerlo yo, si alguien más puede hacerlo? Pues, déjeme decir algo: si esa es su actitud en el campo laboral, entonces Ud. no  está lleno del Espíritu Santo, porque, ¿qué dijimos que hace El? Le da vigor al cuerpo, alumbra la mente, y enardece la pasión dentro de nosotros, produciendo devoción, amor y obediencia a Dios todo poderoso. Entonces, desearemos hacer lo mejor y dar lo mejor de nuestra parte, y no trabajar  6 horas y media al día, cuando deberían ser 8. Ni tampoco irnos 30 minutos antes de acabar la jornada. Ud. puede estar seguro, que Dios nunca le exigirá más de lo que pueda hacer, en la presencia del poder del Espíritu Santo. Ahora bien, cuando Ud. y yo actuamos en la carne, usamos nuestra propia energía, tal como a veces me ha pasado a mí, cuando en definitiva no creí que podía hacer todo lo que  podía hacer y mucho de lo cual no era lo que Dios quería que hiciera y otras veces esperamos más de lo que le espera, sin embargo, lo que él ha prometido es darnos sabiduría, entendimiento, conocimiento,  y energía para hacer lo que él nos ha pedido. Él se encargará de que todo lo que Ud. haga sea un éxito. Si se apoya en el Espíritu de Dios, recurre que depende de él, espera en él y confía en que él le de dirección, energía,  fortaleza, y sabiduría para hacer el trabajo. Escuche: todo creyente tiene derecho a exigir la presencia y el poder del Espíritu de Dios en su vida, para cualquier cosa  que Dios lo haya llamado a hacer. A veces me encuentro con algunas personas para quienes esas cosas no andan muy bien. Todo lo ven difícil, sienten que su vida anda por los suelos, eso no siempre es así, pero al empezar a hacerles algunas preguntas, me doy cuenta exactamente de lo que pasa, ¿sabe dónde han puesto su confianza? En sus fuerzas, en su energía, en su experiencia, y además de eso, confían en alguien más para salir adelante en la vida. No se puede confiar en nadie más para salir adelante. Hay que confiar en Dios todopoderoso, el cual lo creó a Ud. y lo ha capacitado y equipado para lo que él quiere. Confíe en El, y vea lo que él pueda hacer por Ud. Pues bien, alguien dirá: yo ando en busca de un ascenso y necesito hacer lo que puedo para persuadir a mis jefes. Espero que ellos vean mi buen desempeño. ¿Sabe lo que Ud. debe hacer? Nada mas asegúrese,  de que Dios vea su buen desempeño donde está y él sabrá como motivar a sus jefes para que lo hacienden al puesto que él quiere, ¿sabe por qué? Porque Ud. habrá demostrado ante Dios que es digno de confianza donde quiera que esté. El dijo: quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investido de poder desde lo alto. Si a Ud. no le gustan como marchan las cosas en su vida, tampoco le gustan como marchan las cosas en su trabajo. Así que llénese del Espíritu Santo y nada mas diga: Señor, aquí está mi vida, quisiera ver lo que tú puedas hacer, lo que yo he hecho es un desastre, pero ahora quiero ver lo que tú harás. Amable oyente: ¡Ud. quedará sorprendido de lo que Dios hará en su vida! No importa su edad, su profesión, o cual sea su motivación ahí donde está.  Dios empezará hacer una labor en su vida de manera extraordinaria. Recuerde lo que hemos dicho, que el poder del Espíritu Santo, es la energía y la autoridad de Dios para hacer lo que necesitamos hacer. Por ejemplo: cuando los hijos actúan mal, los padres pueden hablarles amorosamente, pero con la autoridad de Dios todopoderoso,  ¿y qué tiene que ver con eso, el Espíritu Santo, dirá Ud.? Pues, sabe lo que hará el Espíritu Santo con su hijo, como creyente? Lo hará que no solo vea que mamá y papá tienen razón, sino que Dios también intenta decirle algo. Mire, no relegue la acción del Espíritu Santo a la predicación, y la enseñanza, él quiere involucrarse, en todos los aspectos de su vida, no importa lo que sea. ¿Por qué no he de escuchar a Dios cuando debe tomar una decisión financiera, y no solo a esta persona y a aquella otra? Y Ud. pregunta: ¿cómo puedo escuchar a Dios? dígale: Señor, no entiendo exactamente como hacer esto, ¿por qué no envías a mi vida a alguien que esté lleno del Espíritu; alguien dirigido por tus principios, para que me ayude a entender y a tomar una decisión sabia? Y eso es precisamente, lo que Dios hará. Hay persona devotas y llenas del Espíritu en todo lugar, las cuales están listas y dispuestas,  a ayudar a otros  con respecto a eso. Mire, ésta vida que Ud. y yo tenemos es algo sobrenatural. Por esa razón Dios les dijo a ellos: “esperen hasta que sean investidos de poder desde lo alto”.  Así que, cada uno de nosotros, en quien habita el Espíritu Santo, tiene derecho a demandar eso y a invocar al Espíritu de Dios, para que le permita hacer lo que él le ha llamado a hacer. Por tanto, ¿cuál fue la primera razón por la que Dios envió el Espíritu Santo? Capacitarnos para hacer la tarea que El nos ha llamado a hacer. Ahora bien, ¿algún creyente está excluido de eso? No, ninguno. La segunda razón es permitir que vivamos la vida que El nos ha llamado a vivir. Pero ¿qué clase de vida es esa? Pues se trata de una vida santa y vamos a averiguar en qué consiste la misma. En primera de Pedro, se nos dice que hemos de ser santos así como Dios es santo. ¿Significa eso que no vamos a pecar? Si eso es lo que significa, yo me doy por vencido y renuncio y el resto de nosotros tendrá que hacer también lo mismo. Pero vivir una vida santa no significa tener una vida sin pecados, ¿por qué lo sé? Porque Dios sabe cuán humano es cada uno de nosotros y que ninguno de sus discípulos vivió una vida perfecta sin pecado. Si no cree eso, vea romanos capitulo 7, donde Pablo dice: “lo que no quiero hacer, eso mismo hago, y lo que quiero hacer, no lo hago”. Pero luego llega al capítulo 8, donde habla de la victoria que llegó a descubrir en relación con Jesucristo y con el Espíritu Santo. Pues bien, si la vida santa no es una vida sin pecados, ¿entonces qué es? La vida santa es aquella vida que ha confiado en Jesucristo como salvador personal y que se ha sometido a Dios para El, con devoción, anhelo y pasión. Pero eso no significa que no cometeremos errores, ya que todos vivimos en este mundo con una naturaleza pecaminosa. Ahora bien, nosotros no  podemos vivir conforme a dicha naturaleza y dejar que ella gobierne, domine, destruya y arruine  nuestra vida, por ser salvos por medios de Jesucristo, y experimentar lo que es vivir en el poder del Espíritu del Dios vivo. Pero alguien dirá: Mire, yo he tratado de hacer todo lo posible para vivir la vida cristiana, y también he conocido muchas personas durante años que dicen ¿sabe una cosa? Yo también lo he intentado y no funciona. Sí funciona. Pues yo lo he intentado y no funciona, no me diga que sí, porque no funciona. ¡Claro que sí funciona! ¿Sabe cuál es el problema? Que Ud. lo ha intentado, lo ha intentado y lo ha intentado, pero según sus propias fuerzas y su propia energía. Ahora bien, mire lo que algunas iglesias le dicen a Ud. una vez que Ud. ha sido salvo: ahora Ud. tiene que leer y obedecer los 10 mandamientos y el sermón del monte, asistir a la escuela dominical, al servicio del domingo y el miércoles en la noche, leer su Biblia, orar, y diezmar de sus ingresos. Y cuando terminan de leer toda esa lista, Ud. dice: ¿cómo podré hacer todo eso? ¿Sabe una cosa? Ud. puede leer su Biblia, puede orar, puede dar y puede asistir a la iglesia y andar totalmente descarriado. ¿Sabe por qué? Porque uno puede hacer todo eso, en sus propias fuerzas, pero escuche bien esto: andar en el Espíritu y en obediencia a Dios, no se puede hacer en la carne. La Biblia dice que todos tenemos uno de estos dos estilos de vida, o andamos en la carne o andamos en el Espíritu. Y también dice que debemos andar en el Espíritu, no en la carne. Pero ¿qué significa andar en la carne? Pues, esa es una palabra que Pablo usa para referirse a nuestra naturaleza pecaminosa, sin embargo, los creyentes tenemos un nuevo espíritu y una nueva naturaleza, pero ¿sabe una cosa? Todavía tenemos nuestra vieja naturaleza. Habría sido maravilloso, si Dios nos hubiera despojado de nuestra vieja naturaleza, pero no lo hizo. Así que, todavía tenemos la capacidad de pecar contra Él en cualquier momento. Si andamos en el Espíritu y el Espíritu de Dios controla nuestra vida,  no hay duda de que tendremos un estilo de vida diferente. Pero también podemos andar en la carne, según nuestra vieja naturaleza, lo cual la Biblia llama carnalidad. Pero ya sea carne o carnalidad, se trata de la misma cosa. Ud. ha escuchado a la gente decir: mire, lo que yo hago es simplemente natural, ¡claro que lo es! Para una persona que está perdida es natural, beber sin parar, irse de fiesta y echar a perder su vida. Eso es algo natural, según lo que dice Pablo en Efesios capitulo 2, de que en otro tiempo anduvimos siguiendo la corriente de este mundo, el estilo de vida natural de esta época. ¿Y qué es eso? La búsqueda, el anhelo, el deseo, la codicia de todas esas cosa con las que yo procuraba llenar el gran vacío de mi corazón. Pero la verdad es que Dios dejó ese vacío en nuestra vida, para que solo Jesús lo pudiera llenar. Así que, el creyente llega a sentirse desalentado en su vida mientras dice: he tratado de vivir la vida cristiana y no puedo. Permítame hacerle una pregunta: ¿Qué tuvo que ver el Espíritu Santo en su vida en medio de su fracaso, sus dificultades y su necesidad? No significa que Ud. no tendrá ningún apuro en su vida, pero Dios ha enviado al Espíritu Santo para hacer posible que Ud. y yo vivamos una vida,  que no se puede vivir según la carne. No podemos vivir esa vida según nuestras propias fuerzas. Recuerdo el primer momento en que me di cuenta de que Dios no quería que yo viviera la vida cristiana por medio de mi esfuerzo, de súplicas, oración, ruegos, ayunos, y todas esas cosas mediante las cuales intentaba vivir una vida recta ante El. Sin embargo, una y otra vez, llegué a sentirme como un absoluto fracaso. Todo sucedió al leer uno de los capítulos del libro: “ellos hallaron el secreto”, acerca de Hudson Taylor, y reconocer lo que Jesús dio a entender cuando dijo: “yo soy la vid, vosotros las ramas, como la rama permanece en la vid, yo permanezco en Uds. Y Uds. en mí. Ahora bien, la rama no puede dar fruto por sí misma. Ud. nunca ha visto una rama sola, tratando de dar fruto. La savia que corre por la vid, corre también por el tallo hacia las ramas, y eso es lo que produce las uvas. Sin embargo, allí estaba yo, tratando de dar fruto durante largo tiempo y ¿sabe una cosa? fracasé igual que los demás, hasta el momento en que reconocí, lo que Jesús quiso decir con estas palabras: “permaneced en mí y yo en vosotros”. Escucha bien: la vida cristiana es Jesucristo viviendo su vida en y por medio de nosotros, en el poder y la presencia de la persona del Espíritu Santo de Dios. Ud. no puede hacer la labor que Dios le ha llamado a hacer, aparte del Espíritu Santo, y tampoco a vivir la vida que Dios le ha llamado a vivir, porque se trata de una tarea sobrenatural. Un poder sobrenatural y una vida sobrenatural. Y la razón por la que hay tantos fracasos, es porque muchas veces la gente desconoce totalmente el hecho de que el Espíritu de Dios es una parte indispensable en nosotros, todos los días de la vida. Ahora Ud. ha escuchado que Efesios 6 dice: que hemos de vestirnos de toda la armadura de Dios. Pues bien, yo prefiero empezar de arriba hacia abajo, o sea: por el yelmo de la salvación, ¿y qué hace este yelmo? Protege mis pensamientos, ¿y la coraza de justicia? Esta protege mis emociones. Luego está el cinto de la verdad, el cual me asegura que ando en el Señor; y el calzado del evangelio de la paz, ya que debo ser un pacificador. Después está la espada del Espíritu, que es un arma tanto defensiva como ofensiva y sobre todo eso, necesito tomar el escudo de la fe, para apagar todos los dardos de fuego del diablo. Así que, mañana por la mañana, cuando Ud. se despierte, dígale a Dios: quiero darte las gracias, porque en primer lugar, me he dado cuenta de que dependo por completo del Espíritu Santo para poder vivir la vida, que tú quieras que viva y para hacer la obra a que me has llamado a hacer. En segundo lugar porque he decidido depender del Espíritu, el cual me dará la dirección que necesito durante este día. En tercer lugar, Señor aceptaré tu dirección en este día como algo ya hecho. Y bien, ¿sabe lo que pasa cuando Ud. se levanta de ahí con toda la armadura puesta, y da un paso adelante y confiesa con toda franqueza, que hoy depende totalmente de Él? Sabe ¿cuál es el problema con eso? Que la mayoría de personas quiere asumir el control. Hacerse cargo de la situación y sentirse capaz de eso. Mire, al pensar en todos esos libros y seminarios que hay por ahí acerca del éxito. Es toda esa gente que habla de tener éxito en la vida y de tener autoconfianza: mira que Ud. puede hacerlo, Ud. Puede hacerlo, Ud. puede hacerlo. El asunto es que la Escritura dice que no, que Ud. no puede hacerlo. Por tanto Ud. decide a quien le cree, le creerá a Dios, o le creerá a ellos. Ahora escuche: ¿Qué quiere Ud? ¿Quiere tener vida en abundancia? ¿O quiere tener lo que el mundo le ofrece: más dinero, más prestigio, más distinción, y más seguridad basada en las cosas, las cuales se podrían perder en una fracción de segundos? ¿O quiere la mejor clase de vida? Si yo quiero nada más lo que el mundo me ofrece, puedo hacer algunas cosas según mis propias fuerzas, pero si quiero algo que valga, entonces es distinto. Ayer le decía a alguien que a veces queremos cambiar pensando que así podríamos ser más feliz, pero la verdad es que nosotros podríamos tener gozo, ya sea que tengamos felicidad verdadera o no, porque, el gozo sobrepasa la dificultad, la adversidad, la prueba, la tribulación, y todas las cosas que podemos tener o no. Y es que nuestra relación con Cristo, esa intimidad que podamos tener con El, es algo que solo el Espíritu de Dios puede llevar a cavo, ya que su obra es acercarnos a Él, y esa es mi oración cada día: Señor, acércame a ti, acércame a ti. Porque sé que la intimidad, es la clave de esa sensación permanente de gozo que nada en este mundo puede destruir, no importa lo que pase. Así que, Dios desea que Ud. y yo reconozcamos diariamente nuestra dependencia, nuestra necesidad desesperada del poder del Espíritu Santo, y confirmar eso en nuestra vida, como algo cierto. Mire, todos nosotros hemos hecho torpezas en ciertas áreas de nuestra vida, pero ¿sabe una cosa? Cuando Ud. depende de Él y está atento a lo que él hace, se da cuenta de que es maravilloso lo que El puede hacer. Y sin importar lo que a Ud. le esté pasando, El lo sostendrá en medio de esa situación. Dios envió al Espíritu por dos razones: En primer lugar, para capacitarnos para la obra que Dios nos llamó a hacer. Y en segundo lugar, para hacer posible que vivamos la vida que El  nos ha llamado a vivir. Lo que quisiera hacer ahora es darle una lista de la tarea que el Espíritu Santo lleva a cavo en su vida y la mía, la mayoría de las cuales, se dan a diario. Quiero que vea cuáles son esas acciones, y que entienda lo importante que es que comprendamos que se trata de algo, que Dios ya está haciendo o desea hacer en su vida y la mía cada día. Y da igual lo que enfrente en la vida en este momento. Pensemos entonces, en la tarea del Espíritu. Lo que haré es señalarle cada una de sus acciones y luego le daré el pasaje bíblico donde se encuentra, ya que no quiero que lea solamente el versículo, sino también su contexto. Hemos dicho en primer lugar, que el poder del Espíritu Santo, es la energía divina que Dios pone en nuestras vidas para capacitarnos física y emocionalmente, para la labor que El nos ha llamado a hacer. De manera que Dios actúa de una forma muy práctica, en nuestra vida: momento, tras momento y día tras día. Pero con eso viene también la autoridad y con la autoridad la sensación de confianza, pero no una confianza humana y natural, sino una confianza que está basada en una relación y en lo que Dios dice que el Espíritu Santo hará en nuestra vida. Podemos hablar con autoridad, porque estamos totalmente seguros, de lo que Dios dice. Piense ahora, en la primera tarea del Espíritu Santo, que es convencernos de pecado, así fue como él nos salvó, esa convicción de nuestro pecado está en Juan capitulo 16. Luego el lleva acabo la experiencia de salvación, como resultado de esa convicción, en Juan capitulo 3. La Biblia dice luego, en Romanos capitulo 8, que El viene a morar en nuestro Espíritu, y que nos sella para siempre como hijos, hijas de Dios, en Efesios capitulo 1; es decir, una vez que hemos sido salvos por la gracia de Dios, lo tenemos a El morando en nosotros, y luego, la Biblia dice que él es la garantía, por así decirlo, de que le pertenecemos a Él, y de todo lo que Dios nos ha prometido en el cielo. Pero no solo eso, sino que la Biblia dice, en el capítulo 14 de Juan, que El es nuestro maestro, puede ser que yo hable palabras, pero el Espíritu de Dios debe enseñarle a Ud. la verdad, pues, él es nuestro maestro. Pero no solo eso, sino que El es el que nos hace recordar las cosas que ya sabemos y que nos han sido enseñadas, cuando tenemos necesidad de recordarlas, pero su trabajo no termina ahí. Ya que en el capítulo 16 de Juan, dice que El es nuestra guía; el que nos guía  a toda la verdad. Así mismo en este mismo capítulo dice que él es quien nos revela la verdad, cuando necesitamos entender la verdad. Además, la Escritura dice en el capítulo 14 de Juan, que El es nuestro consolador. Y en primera de Corintios 12, dice que es el que nos da dones espirituales. Pero él no solo nos da dones espirituales, sino que también nos llena. Y así mismo lleva fruto por medio de nosotros según Gálatas capitulo 5. Según Lucas 24 y hechos 1, él también nos da su poder. Quiero ahora, que piense en algo más, el Espíritu de Dios se encarga de trabajar en su vida y en la mía, en todas aquellas  áreas en las cuales somos incompetentes por nosotros mismos. Pero ahora vea esto: Que él no solo nos convenció de pecado a la hora de salvarnos y regenerarnos, sino que nos convence de pecado también ahora. De manera que El habita en nosotros. Nos ha bautizado en Cristo, afirmándonos en El, nos ha sellado para el día de la redención, nos guía, nos enseñan, nos recuerda las cosas, nos revela la verdad, es nuestro consolador, nos da dones espirituales, hace que llevemos fruto, nos llena y nos da poder. Ahora bien, cualquiera que haga esas 12 o 13 cosas diariamente por mí, con excepción de la salvación, ya que eso ocurre de una vez y para siempre, ese es alguien a quien yo necesito, me hace falta,  debo apoyarme en El, y eso me da una buena razón para despertar cada mañana y sentirme totalmente seguro ¿seguro de qué? del poder y de la presencia del Espíritu Santo. Debido al hecho de que él ha sido enviado a vivir en mí, yo puedo saber con certeza hoy, que no desperdiciaré mi tiempo, y si ando en su poder, es decir, en su energía divina, y en su autoridad, y si mi corazón está sometido a Él, y mi anhelo es conocerle mejor, entonces, podré llegar a casa esta noche y darle gracias a Dios y alabarlo, no importa lo que haya ocurrido en mi vida; ella ha sido un buen día, y Dios me ha bendecido hoy ¿por qué? Porque el Espíritu de Dios ha hecho su tarea sobrenatural en mi vida, en este día, y en este momento. Ahora escuche: ¿Puede alguien darle una buena razón para levantarse y sentirse por los suelos? Sé que a veces una persona puede estar deprimida emocionalmente, por ciertas cosas que ocurren en su vida, yo entiendo eso. Pero sabe Ud. ¿a qué se debe en gran parte de la depresión? Esta no es más que una pobre sensación de desaliento, ¿sabe por qué? Porque no hay confianza en Dios y piénselo un momento. Creo que yo podría mencionar suficientes cosas que podría ocurrir en su vida, como para producirle una depresión nerviosa antes de finalizar este mensaje. Pero sabe ¿cómo vive la mayoría de las personas? En sus propias fuerzas, según su propia energía; estas se enfrentan a un mundo perverso e infame, que podría estallar en cualquier momento. Mire, existen suficientes bombas atómicas por ahí en muchos países, como para destruir el mundo entero unas 4 veces. ¿Cómo puede Ud. acostarse pensando en eso? Pero algunos lo hacen. Y si Ud. va por la autopista a 95 o 100 kilómetros por hora, y alguien que va junto a Ud. hace un giro equivocado y todo se acabó y Ud. ¿se preocupa por eso cada día? Sabe Ud. que la economía podría derrumbarse y Ud. podría perder su salud y hay miles de cosas que podrían suceder, pero debe un creyente levantarse cada mañana pensando, Señor: ¿podré salir adelante hoy? ¿Me quedaré sin trabajo este día? ¿Perderé esto o aquello? No, escuche lo que dijo Jesús: y como podría haber dicho El esto, sino tuviéramos al Espíritu Santo en nosotros, dijo así: “mi paz os doy, pero no como el mundo la da, no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”, Juan 14:27. ¿Por qué? Porque hay alguien dentro de su ser que lo ha sellado a Ud. Para siempre, como hijo, hija de Dios. ¿Sabe lo que me dijo una señora hace poco en la Iglesia? Dijo: ya casi, ya estoy a punto, ¿a punto de qué? A punto de creer en la seguridad eterna, entonces le dije; señora, entonces hágalo ahora mismo porque si no cree que no está segura eternamente, en qué punto se haya Ud. quizás sí, quizás no. Ahora bien, ¿puedo yo cumplir con lo que Dios exige? No, no puedo, por eso Pablo dijo: con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, en el poder del Espíritu Santo, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó así mismo por mí, Galatas2:20. Pues bien, el Espíritu Santo es una persona de la Trinidad, la promesa del Padre y un don para cada creyente, el cual vino a investirnos de poder para la tarea que Dios nos ha llamado a hacer y vivir la vida que él nos ha llamado a vivir. También hemos visto, algunas cosas que él hace en nuestras vidas cada día, cuando se lo permitimos. Pero la gran pregunta es ésta: ¿Cómo puedo ser lleno del Espíritu Santo? Cómo puedo andar en el Espíritu? Pues escuche cuidadosamente: Después de haber puesto su fe en Jesucristo como su salvador personal, mire lo que Ud. debe hacer: en primer lugar, debe reconocer su necesidad del poder del Espíritu en su vida, si no lo hace, nunca será lleno y entonces tendrá que hacer las cosas según su propia capacidad, pero reconocer eso, es probablemente lo más difícil para una persona en la vida, ya que la gente se confía en su apariencia, en su habilidad, en su destreza, en sus talentos, y en todo lo demás, menos en Dios. ¿Para qué tengo que confiar en Dios dicen? pero si Ud. es una de esas personas que se sienten incompetentes, gracias a Dios por ello, y déjeme decirle algo amado oyente: yo mismo me siento incompetente, cada día y Ud. dirá: ¿cómo podría Ud. sentirse incompetente? Le diré por qué: porque yo soy humano tal como todos los demás, y todos somos incompetentes. Pero algunos de nosotros somos lo suficientemente inteligentes para reconocerlo. Así en primer lugar, para ser llenos del Espíritu Santo debo reconocer mi absoluta necesidad de Él en mi vida, en segundo lugar, debo desear ser lleno. Si Ud. no tiene el deseo de ser lleno del Espíritu Santo, entonces, eso no ocurrirá. En tercer lugar, debo estar dispuesto a arrepentirme de mi pecado en mi vida, y arreglar cualquier situación que Dios me señale; el otro aspecto es que debo entregar mi vida al Espíritu Santo. Preste mucha atención ahora: cuando alguien pregunta: ¿qué significa andar en el Espíritu? Lo que significa eso es que debo andar sometido al control del Espíritu Santo en mi vida. Padre, ¿qué quieres que haga? Uno tiene que estar dispuesto a vivir bajo su control. Dispuesto a someterme a su control. Si no estoy dispuesto a someterme a su control, entonces no seré lleno del Espíritu Santo. Porque la llenura del Espíritu habla del control del Espíritu. Si estoy lleno del Espíritu, eso significa que he sometido mi voluntad a El, diciendo: no se haga mi voluntad sino la tuya. De manera que el número uno es reconocer mi necesidad, el paso 2 es tener un deseo, el paso 3, resolver cualquier pecado que estorbe en mi vida, y ¿cuál es el paso número 4? Entregar mi vida a El, lo cual significa escuche bien: andar en sumisión voluntaria del Espíritu Santo en mi vida, permitir que él tenga el control. Y ¿cuál es el paso siguiente? Sencillamente este: creer en El, crea simplemente que él hará lo que ha prometido hacer, y el dijo: “sed llenos del Espíritu”. Y ahora preste atención a esto: Dios no me pediría que haga algo, sin hacer El su parte. Pero mire ahora done estuve yo la peor de mis luchas. Duré años para comprender esto. Vea lo que yo pensaba: muy bien, me he arrepentido, he orado, he llorado, he suplicado, he ayunado. Pero aun seguía esperando que al sucediera. No me explico por qué me demoré tanto para llegar a este punto, pero quiero que apunte este pasaje, primera de Juan capitulo 5 versículos 14 y 15. ¿Qué dice aquí? Preste atención a esto: versículo 14. Y esta es la confianza que tenemos en El, en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Ahora bien, no hay duda de que ser lleno del Espíritu Santo está  de acuerdo con su voluntad. Por tanto, El me oyó a mí. Versículo 15. Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos en ese momento,  las peticiones que le hayamos hecho. En el momento en que yo acepté este versículo como algo real: por primera vez en mi vida, supe lo que significaba ser llenos del Espíritu de Dios. ¿Qué hemos dicho entonces? Que debe haber conciencia de la necesidad, deseo, confesión, arrepentimiento del pecado, y luego debemos pedirle a Él, confiar en El, renunciar a todo y estar a la expectativa de lo que El hará. Ahora bien, ¿qué puede esperar Ud. si le pide al Espíritu Santo que lo llene? En primer lugar: gozo: vea lo que dice Pablo en el capítulo 5, de Efesios, versículo 18 y 19: “no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien, sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y canticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. ¿Sabe una cosa? Al estar lleno del Espíritu, Ud. va a tener gozo en su vida. ¿Significa eso que todo a su alrededor se resolverá? No necesariamente, lo que quiere decir es que Ud. podrá tener paz en medio de todo eso, no importa lo que sea. En primer lugar gozo, en segundo lugar fruto. No hay tal cosa como un creyente lleno del Espíritu, que sea un mero espectador. Un creyente lleno del Espíritu, estará involucrado de alguna manera en la vida de la gente o en alguna labor del ministerio. La tercera cosa, es que su fe se fortalecerá más y más, a medida que Ud. ande en sumisión al Espíritu, ¿sabe por qué? Porque Dios empezará a hacer  ciertas cosas en su vida, y por medio de ella, que lo dejarán sorprendido. Y entonces Ud. dirá: Señor, ¿por qué tardé tanto en aprender estas verdades tan tremendas? Y quiero decirles a Uds. que son jóvenes que escuchan las Escrituras, semana tras semana, que no deben tomar esto a la ligera. ¿Qué no habría dado yo, para que alguien me hubiera empezado a enseñar a la edad de 12 años, lo que he tratado de enseñar mediante el Espíritu Santo a los niños, en esta iglesia durante todos estos años? Ojalá hubiera aprendido todo eso, pero ¿sabe una cosa? Los años pasan y a medida que procedemos  entender más y más la palabra de Dios, todos recibimos bendición conforme El nos enseña la verdad. Y habrá gozo, hará fruto, y su fe se fortalecerá. Bien, Ud. dirá: quiero hacerle una última pregunta: ¿Cuánto dura la llenura del Espíritu, para siempre? Quiero saber ¿cuánto tiempo puedo andar en el Espíritu? Pues bien Ud. puede andar en el Espíritu y en su poder, mientras está dispuesto a someter a su control, todas las decisiones de su vida. Significa eso, ¿que puedo andar en Espíritu por largo tiempo? Por supuesto. Pero suponga que yo decido tomar el control diciendo: yo se que Dios quiere esto, pero yo quiero esto otro. O que peco intencionalmente contra él, pues confiéselo, arrepiéntase, dele gracias a Dios por su perdón y siga adelante, y alguien más dirá: eso es sumamente fácil. Un momento: la crucifixión de Jesús, no fue algo fácil, y escúcheme bien amable oyente, porque esa es precisamente la gracia de Dios. La gracia de Dios es el perdón divino para Ud. y para mí. El cual fue adquirido mediante la muerte reconciliadora de su hijo en la Cruz. La única razón por la que Ud. y yo, podemos confesar nuestro pecado, arrepentirnos de él, y experimentar el perdón instantáneamente, es porque Jesús pagó un precio tremendo y atroz  al morir en la cruz, para cancelar por completo nuestra deuda de pecado hace casi dos mil años. Es por eso que parece algo simple, pero no lo es. Vea ahora, lo que le dirá el diablo: yo sabía que no podías cumplir con eso. Y luego hará que Ud. sienta lástima de sí mismo y que diga: mire, ya no sé qué hacer, lo he intentado, he hecho todo lo posible, pero creo que eso no funciona conmigo, simplemente no puedo andar en el Espíritu. No hay duda que eso es algo satánico. El sentir lástima de uno mismo, no es una actitud permisible en un hijo de Dios. ¿Por qué? Porque no hay razón para ello. El Espíritu de Dios, no nos abandona así pequemos contra El, ni dice que me convencerá de pecado y me abandonará sí no resuelvo las cosas, no. ¿Sabe lo que El hará? Elevará la temperatura, eso hará: ¿por qué? Porque nos ama. Ya él nos ha sellado y somos su posesión hasta el día de la redención. Así que, no nos abandonará, sino que estará con nosotros hasta el final. Y quizás algunos de nosotros iremos pateando y gritando, pero El nos llevará hasta el final del camino sin importar lo que pase. Ahora bien, Ud. puede escoger entre estas dos cosas: puede seguir viviendo su vida como siempre, o puede descubrir lo que Dios hará en cada aspecto de su vida, si reconoce su necesidad del Espíritu Santo y tiene el firme deseo de que su vida cambie. Una vez que haya hecho eso, confiese cualquier pecado que Dios traiga a su memoria, permitiendo que El tome el control de su vida y dándole las gracias por llenarlo del Espíritu Santo, ya que su vida nunca será igual. Esa es la decisión más sabia que Ud. puede tomar.
Ahora vamos a orar: Padre, cuán agradecidos estamos por lo bueno que eres con nosotros. Ya que en tu paciencia y amor esperaste durante años, hasta que finalmente nos dimos cuenta de lo que esto significa. Por eso te pido que hagas llegar este mensaje hasta lo  profundo del corazón de cualquiera que lo escuche. Haz que permanezca en nuestra mente. Que no podamos librarnos de su influencia y que éste produzca un impacto incesante en nuestro ser. También te pido que todo aquel que escuche este mensaje, pueda aceptar el desafío y considerar la tarea tan formidable que puedes hacer en su vida, la cual tú deseas realizar en cada uno de nosotros. Te damos gracias por eso. En el nombre de Jesús, amén”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario